Traducció: Àngels Oliveras
EL BLOG DE josé luis regojo (a slow blog)
Ante tanta información volátil e instantánea, quiero dejar espacio para la lenta reflexión. Aquí rescato a menudo noticias ya publicadas que merecen tener una segunda oportunidad. Es importante reflexionar y recordar. Os animo a participar utilizando la lengua de comunicación que os sea más cómoda. Blog con licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial. Por favor, cítame y enlázame si empleas contenido de esta web. (En twitter @jlregojo)
lunes, 2 de octubre de 2023
Tots mereixem una mestra com la senyoreta Diana
viernes, 22 de septiembre de 2023
Todos merecemos una maestra como la señorita Diana
Hizir Cengiz*
Traducción: Àngels Oliveras
Estimada señorita Diana:
Ayer me puse a recordar el tiempo en que estaba en quinto de primaria. Me he olvidado de muchas cosas, pero no de los cumplidos que me hacía usted de vez en cuando, con su voz ronca de fumadora, ni de su mano en mi hombro, ni de que a veces me daba un abrazo. Tampoco se me olvidan los dulces que guardaba en el cajón de aquel precioso escritorio: una piruleta o una chocolatina, por si a alguien de la clase le venía bien, a menudo porque había pasado algo en casa la noche anterior. Usted sabía exactamente cuándo lo necesitábamos.
También recuerdo la foto de toda la clase, con aquellas caras de chiste, que me regaló después de haberla tenido colgada todo el curso en la pared del aula.
Usted era así.
Para un chico al que, por diversas razones, no le gustaba estar en casa, que tenía amigos pero al que siempre dejaban al margen —hasta el punto de que solo se sentía seguro al margen—, su aula era un cálido nido, casi un refugio.
Todas aquellas cosas me hacían sentir bien. Hoy podría decir que usted me impulsó a confiar en mí mismo.
Hace poco leí la investigación «Desigualdad contemporánea», que acaba de publicar la Dirección General de Planificación Social y Cultural. La desigualdad, como se puede leer ahí, ya no se refiere solo al capital en un sentido económico. También se trata de capital cultural, social y personal. Para los investigadores, este último punto se resume en «quién eres»: tu salud, tu aspecto, tu IMC y tu autoconfianza e imagen.(1)
Por tanto, concluyen los investigadores, para combatir la desigualdad no se puede pensar solo en el dinero. (2)
De repente caí en la cuenta. Llevo mucho tiempo tratando de entender de dónde viene mi inseguridad, para poder hacer algo al respecto.
En el sobre donde encontré la foto de toda la clase también estaba mi boletín de notas de tercero. La maestra escribe que pido tareas difíciles, pero que de inmediato digo que no puedo hacerlas. «A veces se muestra inseguro de sí mismo», anota.
Una voz en mi cabeza —la mía— me ha estado gritando toda la vida que no soy suficientemente bueno y que no estoy donde me corresponde (3), ni ante la perspectiva de cursar estudios preuniversitarios —y después universitarios— ni mientras los curso; ni para trabajar a media jornada como gerente ni como ensayista, ni a la hora de subirme a un escenario y hablar desde él, ni para tener ahorros o llevar un traje. De vez en cuando, esa voz me despierta angustiado.
¿Cómo silenciarla?
Y pensé en usted.
El estudio afirma que uno mismo puede aumentar su capital personal; por ejemplo, comiendo más sano y vistiéndose mejor. (4) Pero, añaden los investigadores de inmediato, la desigualdad no podemos resolverla por nuestra cuenta.
Necesitamos al otro: un gobierno que coopere, el apoyo de la familia, amigos o vecinos, gente con la que podamos hablar de asuntos personales y una red profesional. (5)
Usted está en esta lista.
Con sus palabras —no solo halagos, por suerte— y quizás más aún con la palmadita en la espalda, el abrazo y los dulces, me hacía saber que lo estaba haciendo bien y que yo importaba. Y eso funcionaba: cuando usted me decía algo bonito sobre cómo escribía, empezaba a prestar más atención a la ortografía y a calcular con más ganas.
Es nuevo para mí no culparme de la falta de autoconfianza. Ahora lo sé: la causa está también fuera de uno mismo. Al igual que gran parte de la solución para esta carencia.
Ojalá haya muchas más Dianas, porque hay muchos pequeños (y adultos) que se beneficiarían.
Atentamente,
Hizir
* Hizir Cengiz (1999) es neerlandés de origen turco; nació en Turquía y llegó con cuatro años a los Países Bajos (La Haya) mediante la reagrupación familiar. Es periodista freelance en la plataforma periodística De Correspondent. Intenta comprenderse a sí mismo y el mundo que lo rodea. Por ello escribe ensayos sobre identidad, diversidad y sentido de pertenencia. Hizir estudia Derecho y también es columnista en la revista de opinión De Kanttekening. En 2017 ganó el primer Premio Jan Paul Bresser, para periodistas que escriben sobre La Haya. También ha escrito para el periódico De Groene Amsterdammer.
Artículo original en neerlandés: «Iedereen verdient een juf Diana», de Hizir Cengiz, publicado en De Correspondent el 23 de marzo de 2023.
https://www.scp.nl/publicaties/publicaties/2023/03/07/eigentijdse-ongelijkheid p.54
https://www.scp.nl/publicaties/publicaties/2023/03/07/eigentijdse-ongelijkheid p.60
En el informe, se resumen así esas personas e instancias: «el gobierno», «la red social de apoyo», «el círculo de gente con la que se puede hablar de asuntos personales» y «la cantidad de personas conocidas con una profesión influyente». https://www.scp.nl/publicaties/publicaties/2023/03/07/eigentijdse-ongelijkheid p.27
miércoles, 15 de febrero de 2023
Para cambiar una cultura hay que cambiar algo más que la legislación
Nesrine Malik ©foto Declan Walsh
Traducción: Àngels Oliveras Corrección: Natalia Cervera
Huda tenía nueve años cuando le practicaron la mutilación genital femenina (MGF). La ahora sexagenaria profesora de inglés de una universidad privada de Jartum (Sudán) se comprometió a no hacérselo a sus tres hijas. El procedimiento, que consiste en el corte ritual de los genitales externos de una niña, le causó sufrimiento durante las relaciones sexuales y el parto. Sin embargo, a mediados de la década de 1980, cuando su hija mayor tenía casi 10 años, Huda cedió a las presiones de su suegra, que la acusó de no seguir las costumbres de las «buenas familias». Y añadió que si no seguía con la tradición de hacer la incisión a su hija, sería mal vista.
La única condición que puso Huda fue que se encargara una médica y no una "cortadora" (generalmente una mujer local que no tiene formación en el ámbito médico, ni dispone de equipo esterilizado ni usa anestesia). Pero cuando llegó el día, Huda no pudo afrontar la situación y, en lugar de cancelar la intervención, envió a su madre y a su suegra a supervisarla.
Los antecedentes familiares de Huda son egipcios y sudaneses.(1). La mutilación genital femenina era legal en ese momento en Egipto.(2) Le pregunté a Huda si creía que las cosas habrían sido diferentes en el caso de que hubiera sido ilegal en el momento que se la practicaron a su hija. ¿Se habría sentido más fuerte y amparada para llevar la contraria a la familia de su esposo?
"No habría sido muy distinto", dijo. «La única diferencia habría sido no poder elegir a un médico para llevar a cabo la intervención».
A pesar de los titulares positivos sobre los países que prohíben la MGF, (3) el problema persiste. La práctica sigue siendo legal en Sudán, pero incluso en Ghana, por ejemplo, donde se prohibió en 1994, algunas áreas todavía tienen un índice de más del 60 %.(4)
Como corresponsal de Better Politics en The Correspondent , he escrito sobre el poder de las sólidas redes humanas, que consiguen llenar los vacíos dejados por gobiernos e instituciones.(5) La persistencia de la MGF se debe justamente al poder de estas redes humanas, contra el estado, pero aquí en la resistencia a una legislación positiva. No serán los políticos quienes erradiquen la MGF, sino que se conseguirá precisamente aprovechando el poder de la comunidad, en este caso para luchar contra su práctica.
Por qué la ley no puede detener la MGF
Se calcula que 200 millones de mujeres vivas en la actualidad han sido víctimas de mutilación genital femenina.(6) A diferencia de la circuncisión masculina, que suele practicarse en la primera infancia, la mutilación genital femenina generalmente se realiza más avanzada la vida de la niña, lo que causa un dolor y un trauma enormes. En la versión más extrema, se extirpan los labios y el clítoris, y se cose la vagina dejando solo una pequeña abertura para orinar. El procedimiento resulta casi siempre en complicaciones sanitarias que pueden afectar a la víctima de por vida: infecciones, dolor vaginal, desgarro durante el parto e incluso infertilidad.
Suelen ser las mujeres quienes cometen e imponen esta práctica. (7)
Las madres, tías y abuelas que someten a sus descendientes a la MGF no lo hacen por crueldad. No son sádicas ni están manipuladas por los hombres. Suelen ser personas con formación (Huda tiene un posgrado, por ejemplo) y provienen de diferentes clases sociales. A menudo lloran y les resulta muy difícil quedarse en la habitación mientras mutilan a sus hijas, y delegan la responsabilidad en sus madres, que son más estoicas.(8) Se trata siempre de mujeres que también han sufrido mutilación genital femenina.(9)
Las campañas para erradicar la MGF en todo el mundo han fracasado en gran medida,(10) porque se centran en la ilegalidad y no en cambiar la mentalidad y el comportamiento. Incluso en Occidente, donde las leyes se hacen cumplir más que en las sociedades donde la MGF está profundamente arraigada, se ha perseguido poco y ha habido aún menos denuncias. En el Reino Unido, por ejemplo, la mutilación genital femenina se ilegalizó en 1985; sin embargo, la primera (y hasta ahora la única) condena al respecto no tuvo lugar hasta febrero de 2019.(11)
Hay numerosos problemas que dificultan la denuncia de los casos de MGF. Las víctimas suelen ser menores de edad, demasiado jóvenes para tomar el asunto en sus propias manos e informar a las autoridades, al margen de que estarían delatando a su propia familia, lo que significaría romper con ella: centros de acogida y un trauma aún mayor.
Una de las justificaciones más frecuentes —aunque errónea— en algunos países africanos es que es un mandato del Islam. La realidad es que ninguna de las principales religiones abrahámicas la prescribe.(12)
Otras justificaciones incluyen la higiene y la creencia de que la mutilación completa la sexualidad de la mujer, ya que cualquier órgano sexual externo se considera masculino. Va mucho más allá la explicación simplista de que es algo que los hombres imponen por la fuerza a las mujeres.(13)
En realidad, la principal dificultad para erradicar la MGF es su relación con formar parte de la «camarilla», un grupo pequeño, exclusivo, de personas que comparten un interés o una identidad compartida. Las otras dos hijas de Huda no sintieron alivio cuando su madre se negó a que les practicaran la cliterectomía; de hecho, tenían envidia. Pese a su temprana edad, consideraban la intervención de su hermana mayor como un rito de transición, que la celebraba y la conducía a la siguiente etapa de la vida. Así que, además de la presión de las mujeres mayores de la familia, Huda tuvo que lidiar con la de sus propias hijas, que insistían en que las intervinieran.
En lo que respecta a la MGF, la definición de esta camarilla es compleja y está llenas de capas entrelazadas, que tienen que ver con la religión, la cultura, la clase y el tribalismo, y crean una estructura identitaria casi impenetrable. Si una mujer se rebela contra la MGF, puede perder estatus o verse expulsada de una estructura familiar o social. Los mayores temores son el rechazo social y la falta de perspectivas de matrimonio para las jóvenes sin mutilar.(14)
La MGF persiste porque mantiene la exclusividad del endogrupo, no porque se crea en el valor de la práctica en sí misma. Por tanto, el argumento a favor es resistente a la legislación gubernamental y a cualquier postura contraria.
Si queremos cambiar la mentalidad de las personas, usemos su
propio lenguaje.
viernes, 26 de agosto de 2022
‘Ouija’ de Raciel Quirino (Ed. Liliputienses, 2020)
Reseña publicada en la Revista Poémame el 21 de octubre de 2020.
Raciel Quirino es un poeta y escritor mexicano (1985) licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de México. Ha publicado Western (Feta, 2012) y diversas participaciones en revistas como Tierra Adentro, La palabra y el hombre y Casa del tiempo entre otras. Fue becario en el proyecto del FONCA llamado Programa Jóvenes Creadores en el periodo de 2013-2014 y en el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en el periodo de 2018-2019. También ha impartido talleres de creación literaria para adolescentes y adultos en distintas entidades mexicanas.
La ouija, o güija según la Real Academia de la Lengua Española, es un método para conseguir que los espíritus del más allá puedan entablar un diálogo deletreado con nosotros. Este libro de ediciones Liliputienses está diseñado como si fuera una sesión de ouija en la que los lectores preguntan a los espíritus. Es una especie de diálogo con ese ayer que aún flota en nuestro interior.
Hay dos secciones, Arte Negra y Arte Blanca que comienzan con una cita de Blanca Varela:
Arte negra: mirar sin ser visto a quien nos mira mirar
Arte blanca: cerrar los ojos y vernos
Cada sección está integrada por composiciones que hacen preguntas a la ouija: ¿Eres realmente quien dices ser? ¿Por qué sigues en este plano de existencia? ¿Te hicieron algún daño? ¿Tuviste oportunidades de ser feliz? ¿Recuerdas el momento de morir? ¿Tienes algún mensaje para mí? ¿Quiénes son mis verdaderos amigos? ¿Estoy con la persona correcta? ¿Cuál es el sentido de mi vida?
Acabamos la lectura y nos quedamos con dos interrogantes: ¿En qué se parecen el proceso de invocar a los espíritus y la escritura de un poema?, ¿en qué se parece la voz de los muertos a la voz del poema? La respuesta no sé si la puedes encontrar en el libro. Depende de ti. Lo puedes intentar y comprar aquí.
¿Cómo será el fin del mundo?
Un niño pequeño,
un fuerte golpe
con una pala de plástico,
exactamente en el párpado
inferior
del ojo derecho.
La sangre
no se detiene.
¿Tendré suerte en el juego?
Queridos padres de familia:
Copperfield está sujeto por dos pares de cuerdas
hechas de múltiples hilos de kevlar
que permanecen invisibles
contra el fondo del escenario celeste.
En esta ilusión
Copperfield
vuela en forma acrobática
por todo el escenario.
Al final del sorprendente vuelo,
la audiencia sospecha que
puede estar sujetado por alambres.
No tenemos de qué preocuparnos.
viernes, 19 de agosto de 2022
Juan Romero Vinueza: ‘39 poemas de mierda para mi primera esposa’. Ediciones Liliputienses. 2020
JUAN ROMERO VINUEZA (Quito, 1994). Estudió Literatura en la PUCE. Editor de la revista de poesía Cráneo de Pangea (Ecuador). Editor de la sección de Poesía en español del Cigar City Poetry Journal (EE.UU.). Colabora con las revistas POESÍA de la Universidad de Carabobo (Venezuela), Jámpster (Chile), Transtierros (Perú) y Liberoamérica (España). Sus poemas han sido publicados en revistas físicas y digitales en Latinoamérica, Estados Unidos y España. Consta en varias antologías latinoamericanas de poesía. Ha publicado en poesía: Revólver Escorpión (La Caída, 2016) y 39 poemas de mierda para mi primera esposa (Turbina, 2018). Compiló, junto con Abril Altamirano, Despertar de la hydra: antología del nuevo cuento ecuatoriano (La Caída, 2017), obra ganadora del incentivo de los Fondos Concursables 2016-2017, organizados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador. Compiló y tradujo, junto con Kimrey Anna Batts, el libro País Cassava / Casabe Lands (La Caída, 2017).
Juan Romero Vinueza juega con nosotros, pero sin engañarnos. Desde el título ya nos informa de lo que nos vamos a encontrar: 39 poemas de mierda …
Una vez empezamos a leerlos, el autor ya nos advierte de que no nos tomemos en serio su propuesta. Advertencia que es de agradecer para evitar caer en una crisis psicótica intentando poner un ápice de lógica a sus escritos.
En definitiva, el denominador común de sus poemas es jugar y buscar la polémica básicamente con los ilustres popes de la poesía.
un poema traditore
a kimrey anna, gringuita my love
los estudiosos de la lengua
creen que la traducción es imposiblede hecho se equivocan
todo se puede traducir
(es decir, llevar cualquier cosa de un lugar a otro)pasar o cruzar a la otra orilla dirían los teutones
traicionar o desvirtuar dirían los puristas
(que también pueden ser teutones, obviously microbviously)
trasladar o interpretar dirían los medianamente sensatos¹en cierto punto la discusión carecerá de sentido
porque la misma lengua suele ser el impedimentopueden mostrarse dos ejemplos derivados de la experiencia:
a) la hache es muda en español pero nuestro silencio puede venir del kichwa
b) el hispano es desordenado porque no existe ninguna definición exacta en su lengua diseminadacomo si fuera un chiste saber
…………………………………………que uno es su idioma
……………………………………………………………………………………pero no el hacedor de sí mismo¹ se dice medianamente porque nadie es sensato / como habrá comprendido el lector atento que no recurre a los pies de página al considerar que son una burla a su inteligencia y a su vasto conocimiento
un poema kamikaze
un
gue
rre
ro
sa
be
que
lo
es
cuan
do
su
es
pa
da
destruye al verdadero oponente
que por lo
general
es él
mismo
un poema infinito
un poema
es una reinvención de sí mismo
o de otros poemasergo:
el poeta que no crea
su propio diccionario
no tiene universoel niño que quiso ser poeta
recapacitó cuando vio que
podía romper cráneos
sin decir una sola palabra
(para eso existen las piedras)además entendió que
la única forma de construir un poema
es recogiendo las piedras que
han roto los vitrales de las iglesiasuniéndolas todas con amor y esmero
(risas por parte del niño)
hasta crear una bomba silenteluego, obviamente,
habría que arrojarla al vacío
o a algo que se le parezca
Si te intriga cómo puede ser el resto de los poemas, no lo dudes, cómpralo aquí.